Nadie tenía prevista una pandemia. Nadie sabe cómo será su evolución. Nadie puede predecir el futuro de su negocio. Pero se puede crear entornos organizativos para enfrentarse a lo inesperado. El futuro no se predice, se crea. Y cada vez es más necesario hacerlo más rápido.
La importancia del rol directivo no es su sabiduría para acertar sino crear entornos en red para que sus decisiones sean las adecuadas y buscar la involucración de la organización para que la respuesta sea la mejor y la más rápida.
La clave es crear tres tipos de entornos en red para que rápidamente pasemos del Shock a la innovación. El teletrabajo sólo reduce la distancia e impide que no nos podamos tocar, no nos impide innovar. Y las tecnologías en red que lo sustentan bien utilizadas pueden incrementar la inteligencia colectiva de tu organización y acelerar el cambio.
El líder no sabe las respuestas, crea entornos
La idea más peligrosa para nuestras organizaciones consiste en pretender que la inteligencia de la organización reside en sus directivos, aunque reconozcámoslo, esta es una ilusión bastante generalizada.
Los nuevos entornos empresariales Post COVID son demasiado inciertos, rápidos y demás disruptivos. Y hacen que debamos desconfiar de la capacidad individual de cualquier persona para hacer frente a esta complejidad. Por ello los procesos innovadores debería ser colectivos: crear equipos temporales en red autogestionados y comunidades.
El papel de los directivos es priorizar las preguntas y crear equipos virtuales y comunidades que convivan con la organización funcional una organización en red paralela a la organización cuya misión sería el cambio.
Otra misión de esta nueva estructura es asegurarse que acelera el ritmo organizativo buscando la implicación de las personas.
Para ello deberemos añadir a esta organización en red comunidades que deben multiplicar la comunicación vertical y transversal y aceleran el aprendizaje organizativo. Aspectos básicos que permiten incrementar la adaptación al cambio y acelerar el proceso innovador.
El teletrabajo y la red es parte de la solución
Las mejores tecnologías que permiten crear redes de comunidades, o grupos de personas que dialogan con objetivos, roles y unos procedimientos predeterminados, son las mismas tecnologías que estamos utilizando para teletrabajar: Slack, Chatter, Teams, Google Suite,…
La nueva labor del líder es utilizar esta tecnología de teletrabajo para crear redes asegurando que las decisiones que se toman y las acciones que se generan han sido realizadas con las personas más valiosas, que se maximiza la inteligencia colectiva de la organización.
Este nuevo rol del liderazgo es configurar entornos innovadores, elegir los líderes intraemprendedores – a los mejores nodos de una red- para que tengan roles activos y establecer las reglas más adecuadas.
Tres entornos en red que aseguran la aceleración del cambio
En la organización ambidiestra o dual, la organización en red se superpone al funcional, es decir esta formado por las mismas personas, pero tiene otras funciones que son claves para el éxito del proceso innovador. Podemos distinguir tres tipos de entornos o funciones:
- El entorno de innovación: equipos de proyectos y equipos ágiles
Son los equipos de tipo temporal que nos permiten la búsqueda de nuevas soluciones de negocio o la resolución de problemas. Estos equipos suelen ser autogestionados y pueden utilizar metodologías más tradicionales o metodología ágiles. Son los encargados de impulsar el cambio. Cuantos más equipos, más talento y más recursos más aceleración del cambio.
2. El entorno de la comunicación: la búsqueda del compromiso
La incertidumbre y el cambio exige: comunicar, comunicar y escuchar. Para ello es necesario definir canales, comunidades impactadas y objetivos. La comunicación vertical descendente, especialmente en momentos de incertidumbre cómo el COVID, debe asegurar la comunicación para conseguir la involucración. El objetivo de la comunicación transversal es la colaboración y compartir: Este tipo de comunidades ayudan a incrementar la implicación y la involucración y, por tanto, a acelerar el cambio.
3. El entorno del aprendizaje: facilitar el cambio
El principal freno y el acelerador del cambio es el aprendizaje. Si las personas entienden y están capacitadas para el cambio este irá más rápido. Las nuevas formas de aprendizaje son sociales, en red y en el flujo de trabajo. Identificar las comunidades más críticas y las competencias y habilidades a desarrollar es la clave que permite que el cambio se produzca. Estas comunidades son a más medio plazo y exigen una dinamización más compleja.
En momentos de incertidumbre acertar con el futuro exige de la sabiduría de la inteligencia colectiva. La sabiduría de los líderes reside facilitar que se creen los procesos en red que la hacen posible.